Posición del bebé en el vientre
A medida que pasan los meses y el bebé crece, empezarás a notarlo. Esos movimientos y patadas irán cambiando y a lo mejor te entra la curiosidad de querer saber cómo está colocado. Es importante aprender a sentir a tu bebé, ya que sus movimientos y patadas son un indicador de bienestar fetal y de que el bebé evoluciona correctamente.
Posiciones del bebé en la barriga
En cuanto a su posición, hay varias formas de averiguar cómo está colocado. Por un lado, encontramos las ‘’maniobras de Leopold’’. Son unos movimientos específicos con ambas manos que sirven para conocer la posición del bebé dentro de la barriga. Se realizan aplicando movimientos suaves den el abdomen de la madre, y así se puede determinar la posición del bebé dentro del útero. Se recomienda que las lleven a cabo personal sanitario especializado. Son 4 maniobras y se realizan en un orden determinado:
- En la primera maniobra se colocan las dos manos en la parte superior del abdomen de la madre. Consiste en palpar la parte superior del útero (la que queda más cercana a las costillas) para determinar qué parte del feto la ocupa. Así se puede intuir si es la cabeza o las nalgas lo que ocupa ese espacio.
- En la segunda maniobra se colocan ambas manos a los lados del abdomen de la madre, como rodeándolo. La idea es abarcar todas las caras transversales del abdomen para determinar de qué lado está la columna del feto y de qué lado las extremidades (se recorrería el abdomen y el útero de la mujer ‘’de arriba a abajo’’). Así se puede determinar si el bebé está en posición longitudinal (colocado de arriba a abajo) o transversal (colocado de forma horizontal).
- En la tercera maniobra una mano aplica presión sobre el fondo uterino (la parte superior del útero, arriba del abdomen de la madre, por debajo de sus costillas) mientras que la otra mano, con el dedo índice y el pulgar, se palpa la parte inferior del útero (la que queda sobre el pubis). Así se confirma si el bebé está encajado sobre la pelvis o aún no.
- Y en la cuarta y última, se colocan las dos manos a ambos lados del abdomen de la madre, y desde ahí se realizan movimientos de balanceo laterales para evaluar la movilidad del bebé.
Con esto lo que se hace es determinar el grado en el que el feto se encuentra encajado en la pelvis materna. Cuanto más balanceo, menos encajado estará. Estas maniobras permiten determinar si el bebé está en una posición adecuada para el nacimiento o si es necesario tomar medidas adicionales. Esta información es crucial para prever posibles complicaciones durante el parto y tomar decisiones adecuadas sobre la atención que se le brindará a la madre y al bebé. No existen contraindicaciones para llevar a cabo estas maniobras. Sin embargo, en embarazos con riesgo de parto prematuro, con placenta previa o con antecedentes de ruptura prematura de membranas, es necesario ser muy cautelosos y realizarlas con muchísima delicadeza.
Y dicho todo esto, realmente ¿en qué posiciones puede colocarse tu bebé? Pues son varias:
Feto en posición cefálica
En esta posición el bebé estará colocado con la cabeza hacia abajo y los pies hacia arriba. Ésta es la posición más deseable de cara al final del embarazo. Porque es la que hace que el paso a través del canal del parto sea más fácil y seguro. Esta posición se da en un 97% de los casos.
Feto en posición sentada
Aquí encontramos al bebé con la cabeza hacia arriba y las nalgas sobre la parte baja del útero. Nos lo podemos imaginar como si estuviera ‘’sentado’'. Esta posición se da en un 3% de los casos. Aunque se puede dar a luz por vía vaginal a un bebé que viene así colocado, la inmensa mayoría de profesionales recomiendan realizar una cesárea por las posibles complicaciones derivadas de realizar un parto así.
Feto en posición transversal
Posición horizontal dentro del útero, como si estuviera recostado. Es muy infrecuente. Si se da, el bebé nacerá seguro por cesárea.
¿Cómo detectar en qué posición está tu bebé en el vientre?
Si en casa se quiere intuir en qué posición se encuentra (sin realizar las maniobras de Leopold); hay varios trucos que te pueden orientar:
- Si notas las patadas en tu bajo vientre, seguramente el peque esté colocado con los pies hacia abajo. Y por lo contrario, si sientes las patadas en la parte superior de tu barriga, estará con la cabeza hacia abajo y las piernas arriba.
- Otro cambio sutil puede ser que empieces a tener más ganas de orinar; esto podría indicar que el peque se hubiera empezado a encajar en la pelvis. Por lo que su cabeza estaría haciendo camino hacia abajo y por lo tanto cada vez presionaría más la vejiga.
- Otra forma de orientarse es ver si puedes hacer respiraciones profundas sin dificultad (y antes no podías). Sucede por lo mismo que acabo de comentar; al irse encajando sobre la pelvis e ir descendiendo poco a poco, va dejando espacio por la parte superior y va liberando un poco los pulmones, permitiendo así que realices inspiraciones más profundas.
Entre las semanas 28 y 30, la mayoría de los bebés se colocan con la cabeza hacia abajo esperando ya el momento de nacer. Aunque es cierto que como aún son pequeños, pueden seguir moviéndose y recolocándose hasta finalmente quedarse bocabajo. Si hacia la semana 34-36 aún no se ha colocado con la cabeza hacia abajo; puedes ayudarle a hacerlo.
Hay ejercicios específicos que los expertos en el tema te pueden recomendar. Aunque no te preocupes, si más allá de la semana 37-38 el bebé sigue sin estar boca abajo, se puede recurrir a ayuda externa de un profesional para colocarlo. Esto se realiza con una maniobra conocida como versión cefálica externa, donde se intenta girar al bebé. Varios profesionales formados en el tema lo llevan a cabo con movimientos suaves y bajo control ecográfico. Literalmente le dan la vuelta al bebé desde el exterior del abdomen de la madre. Se considera una maniobra totalmente segura y con un altísimo índice de efectividad.