Ruido blanco para bebés, ¿funciona?
Los bebés lloran por diferentes motivos. Y nosotros como padres, buscamos las mil y una formas de calmarlos.
Empezamos por satisfacer sus necesidades más básicas como dar de comer, cambiar el pañal, abrigar o desabrigar, o ayudarles a dormir si es que están sobre cansados...
Y aunque así enumerado puede parecer todo muy básico, fácil e intuitivo, hay veces en las que ‘’simplemente’’ ayudando a un bebé a satisfacer sus necesidades básicas, no conseguimos calmarlo ni relajarlo; y llega a ser desesperante.
Pero puedes estar tranquila, porque para ello, existen técnicas y ‘’trucos’’ que te voy a explicar a continuación.
Como enfermera de pediatría experta en bebés y madre de tres hijos, sé que, al final, cualquier cosa que se asemeje a cómo estaba un bebé dentro del útero materno, le transportará a un estado de familiaridad y bienestar que hará que sea mucho más fácil poder calmarlo.
Podríamos decir que estas sensaciones son:
- calor (sin llegar a sobrecalentar),
- la contención: por el hecho de haber estado tantos meses apretados y (valga la redundancia) contenidos en el interior del útero (de ahí que estar en brazos o realizar la técnica de swaddling les guste y calme tanto),
- el escuchar ruido blanco (ya que el ruido blanco es similar a los sonidos intrauterinos; los que se emiten en el útero materno debido a la circulación de venas y arterias, y al latido del corazón materno).
¿Qué es el ruido blanco para bebés?
De hecho, esto del ruido blanco, últimamente se oye cada vez más. Y como padres nos preguntamos: ¿exactamente qué es el ruido blanco? ¿realmente es útil para calmar el llanto de un bebé o para ayudarlo a dormir? ¿tiene algún inconveniente? ¿hay algo a tener en cuenta a la hora de usarlo con un bebé? Pues como experta, a continuación te respondo a todas estas dudas.
Empezaré respondiendo a la pregunta de qué es exactamente el ruido blanco. Pues resulta que es un tipo de sonido continuo o pulsátil, constante y monótono (sin altibajos, en forma de resonancia) que suprime los sonidos molestos que provienen del ambiente exterior y que, además, tiene efectos relajantes (sobre todo en los bebés).
Por poner algunos ejemplos, algunos ruidos blancos serían los sonidos que emiten muchos electrodomésticos como: la lavadora, la aspiradora, el secador de pelo o la campana extractora en funcionamiento.
Beneficios del ruido blanco para dormir bebés
Si te pones a buscar bibliografía acerca de esta práctica, verás que existe un poco de controversia sobre si se debe usar o no como técnica de soporte para ayudar a relajar y a dormir a los bebés.
Varios estudios respaldan los efectos positivos de la intervención con ruido blanco en bebés, ya que se ha visto que favorece y mejora el sueño porque les ayuda a relajarse (tanto por el efecto de calma que genera en ellos como por el hecho de enmascarar los estímulos ambientales externos excitantes que pueden alterar e interrumpir su descanso).
De hecho, un estudio realizó la prueba de dormir a dos grupos de bebés. A un grupo se les ponía ruido blanco y al otro se les dejaba dormir sin él. Se vio que, cuando un bebé se expone a un ruido blanco, la probabilidad de quedarse dormido tranquilamente, aumenta más de tres veces (pasando de un 25 a un 80% de probabilidades).
Es decir, los del grupo que se dormían con el ruido blanco se vio que se dormían antes y más relajados.
Consejos al utilizar ruido blanco para bebés
Otra preocupación que puede surgir como padre o madre es la de saber si el bebé se relajará tanto que no pedirá ni su comida. Pues no. Puedes estar tranquila, porque también se sabe que el ruido blanco no suprime los estímulos internos como el hambre.
Es decir, simplemente ayuda a promover la relajación del bebé y a mejorar su sueño si sus necesidades básicas están bien cubiertas, pero no privará a un pequeño de alimento si tiene hambre.
Por más ruido blanco que el niño escuche, si el niño tiene alguna necesidad básica por satisfacer, no se relajará y deberás satisfacerla antes de dormirlo de nuevo.
Para ir acabando, comentar (que es otra preocupación frecuente) que para que no genere problemas a nivel de audición, es importante tener dos cosas en cuenta:
1.Lo primero será que hay que colocar el dispositivo que vayamos a utilizar para reproducir el ruido blanco, a una distancia prudencial (no dentro de la misma cuna).
2.La otra cosa importante a tener en cuenta es no sobrepasar los 50 decibelios.
Y por último remarcar el hecho de que un bebé no se hará adicto al ruido blanco.
Puede hasta parecer graciosa esta puntualización, pero lo digo totalmente en serio.
Como profesional me lo han preguntado muchas veces. Porque es una práctica que va tan bien y que genera tan buenos resultados en el sueño de los peques, que los padres se llegan a plantear si su hijo de verdad es capaz de generar una ‘’adicción’’ por la necesidad de dormirse siempre así. Pero no. No os preocupéis porque esto no ocurre.
Cuando termina la época de llantos y los peques pasan a no necesitar tanto apoyo y ayuda para dormirse, la forma de desacostumbrar a un bebé a quedarse dormido con el ruido blanco, es ir disminuyendo paulatinamente día tras día el volumen del dispositivo hasta llegar a reducirlo del todo. Y así, ‘’sin más’’, el peque no dependerá de este sonido ambiental para conciliar el sueño.