Problemas comunes de la piel del bebé y cómo tratarlos

La piel del bebé es muy inmadura. De hecho, la piel del niño se va desarrollando poco a poco durante los primeros años, y realmente no acaba de regularse por completo hasta la adolescencia. De ahí que la piel de los bebés y de los niños pequeños sea muy vulnerable a cualquier agresión y se vea afectada fácilmente por irritaciones, escoriaciones, granitos, manchas, etc. Debido a esta inmadurez; saber prevenir, detectar y tratar los problemas cutáneos de los niños es crucial a la hora de mantener su salud. Como sabéis o podéis llegar a imaginar, son muchos los problemas que podemos llegar a encontrar en la piel de un bebé, ahora bien, los más comunes los vamos a exponer a continuación:

Es la enfermedad dermatológica más común en la infancia. Se trata de una inflamación de la piel que provoca sequedad y escoriaciones, de manera que fácilmente se pone roja, irritada y pica. Cursa por brotes. En los lactantes suele afectar mayoritariamente a la cara, al tronco y a los pliegues. Y en la edad infantil suele afectar más a las flexuras de los codos y las rodillas.

• La hidratación es esencial. Se aconseja hidratar a diario, dos o tres veces al día, con una crema que sea tipo emoliente, “baume”, ungüento o pomada. Son más espesas y suelen hidratar más que las cremas y las leches corporales. Si no se consigue llegar a hidratar al peque 3 veces al día, es imprescindible al menos hidratar después del baño.
• Recomendamos un baño diario, y para el bienestar del bebé sugerimos: que el baño no sea demasiado largo, que el agua no esté muy caliente, no poner jabón en el agua, usar jabón sin detergente, sin fragancias y de pH parecido a la piel; preferiblemente no usar esponjas, y secar al bebé con una toalla de algodón dando toques (sin frotar).
  Finalmente, ponerle al bebé la crema hidratante con la piel húmeda.
• Se aconseja lavar la ropa con detergente hipoalergénico y sin suavizarte. Y realizar un aclarado extra.
• Recomendamos utilizar ropa de algodón o lino. Evitar lana, lycra, poliéster o fibras sintéticas.
• Evitar que sude en exceso y los climas fríos y secos.
• Evitar aplicar colonias y perfumes sobre la piel.
• Se recomienda cambiar frecuentemente los pañales y limpiar la zona del pañal con agua evitando las toallitas húmedas.

Como la piel de los bebés y niños pequeños es muy vulnerable a las agresiones externas, el contacto de la piel con según qué sustancias agresivas o el hecho de estar expuestos a según qué condiciones climáticas, puede generar que a los bebés les salgan eccemas (rojeces) en la piel.

Para evitarlo debemos limpiar e hidratar su piel a diario, utilizar productos sin perfumes e hipoalergénicos, evitar que suden excesivamente y protegerlos del sol y del frío.

Hay unos pequeños granitos rojos o blancos que aparecen en la cara (mejillas, nariz y frente) de algunos bebés las primeras semanas de vida, que se les conoce como acné neonatal. Aunque se parecen, nada tiene que ver con el acné común. Se cree que se debe al paso de hormonas maternas al bebé. Estos episodios suelen resolverse espontáneamente sin tratamiento dentro de los 3 primeros meses de vida del bebé. Se aconseja limpiar con agua y jabón suave a diario y no hidratar esa zona.

Otra afección común son las manchas rojas/rosas o de nacimiento. Éstas por lo general no indican ninguna patología y no necesitan tratamiento. Simplemente se trata de acumulaciones de pequeños vasos sanguíneos (capilares) en la parte superficial de la piel. Ahora bien, si se hacen grandes o sufren cambios de aspecto muy evidentes se debería comentar con el pediatra.

En cuanto a manchitas en la piel, son muy típicas que aparezcan cuando los peques se ponen enfermos. Hay muchísimos virus que pueden generar estos cuadros, y casi siempre preocupan a los padres. Sin embargo, la mayoría no son peligrosas. Un truco que nos ayuda a diferenciar si una mancha (en un episodio de enfermedad) de nueva aparición indica una urgencia es si al apretarla no se difumina ni desaparece al presionarla.

Es una afección cutánea que se da en la zona de la piel del pañal. A simple vista se observa una irritación o un enrojecimiento de la piel que suele estar acompañada de dolor. La causa es el propio pañal como su nombre indica; ya que el roce constante con la piel, la humedad que genera su oclusión, y el contacto directo de la piel con la orina, las heces y el sudor son el escenario idóneo para acabar creando esta irritación.

Básicamente, al final la idea es intentar mantener esa zona limpia y seca el máximo tiempo posible. Y para ello lo que haremos es:

• Cambiar el pañal frecuentemente. Mínimo cada 2 horas o cada vez que el niño haga una deposición.

• Intentar que el bebé pase ratos sin pañal.

• Al hacer el cambio de pañal, lavar la zona solo con agua y evitar las toallitas perfumadas. Y limpiar sin frotar la zona, sino dando toques suaves.

• Y aplicar una pomada con óxido de zinc para la dermatitis del pañal en cada cambio. Un buen ejemplo es la pomada protectora del pañal de Mitosyl, que hidrata y protege la piel del bebé, y está específicamente formulada para tratar y prevenir la dermatitis del pañal.

Pese a todos estos consejos, ante cualquier duda o ante cualquier episodio que no tenga una buena evolución, siempre deberemos acudir a que un profesional nos dé una valoración.