La alimentación complementaria en bebés
La alimentación complementaria es un periodo que va desde los 6 hasta los 12 meses. Es una época en la que el niño empieza a comer otros alimentos diferentes a la leche. Y se llama alimentación ‘’complementaria’’ porque el alimento principal sigue siendo la leche y el resto de alimentos son complementarios a ésta. Estos 6 meses son un proceso de aprendizaje; de educación alimentaria. Durante este periodo el bebé se va familiarizando con la comida. Experimenta, juega, manipula, machaca, tira, chupa, prueba, escupe, mastica y se traga otros alimentos diferentes a la leche. El objetivo de la alimentación complementaria es el de incorporarse hacia el año de vida al resto de la alimentación familiar.
¿Cuándo comenzar la alimentación complementaria?
Muchos padres tienen esta duda puesto que las recomendaciones han cambiado recientemente y te puedes encontrar con diferentes opiniones. Pero realmente, todos los organismos oficiales de forma unánime, recomiendan iniciar la AC hacia los 6 meses de vida. Y esta recomendación es para todos los niños, tanto si se alimentan con leche materna como si lo hacen con leche de fórmula. Pero como es cierto que decir ‘’6 meses’' es única indicación demasiado rígida, y al final cada niño es un mundo, hay 4 indicadores (que si el bebé los cumple) nos indicarían que está preparado para empezar aunque aún no tuviera los 6 meses cumplidos. Estos requisitos son: 1. Se mantiene sentado con apoyo 2. Muestra interés por la comida 3. Se lleva cosas a la boca 4. No tiene el reflejo de extrusión (arcada) muy marcado.
¿Y cómo empezar la alimentación complementaria?
Pues tenemos diferentes opciones a la hora de ofrecer los alimentos a los bebés. Éstas son; en triturados (papillas), en trozos (Baby-Led-Weaning) o de una forma mixta (triturados y trozos).
Hasta hace poco, estaba estipulado los alimentos que el peque debía incluir en su dieta según los meses que tuviera. Pero se ha visto que esa ‘’planificación’’ no presenta ningún tipo de beneficio y en la actualidad ya no existen reglas rígidas que marquen los meses en los que debemos introducir los diferentes alimentos. Por lo que se pueden empezar a ofrecer la inmensa mayoría de alimentos desde los 6 meses en el momento que queramos (excepto unos pocos que expondré en el siguiente apartado). Aunque estas nuevas recomendaciones son muy ''abiertas'' y dan mucha libertad a la hora de ir incorporando nuevos alimentos, sí que existen ciertas normas de seguridad que hay que seguir para crear un clima seguro entorno a la comida:
- Introducir los alimentos de uno en uno y siempre por la mañana o máximo al mediodía. De esta forma podremos observar cualquier posible reacción alérgica que le provoque al bebé.
- Los alimentos alergénicos se deben introducir siguiendo la ‘’Regla de los 3 dias’’. Es decir, el día que ofrezcamos un kiwi o un fruto seco (por poner ejemplos de alimentos alergénicos), estaremos 3 días seguidos ofreciendo ese alimento y no introduciremos ningún otro alimento nuevo. Durante esos 3 días no introduciremos nada más aparte del alimento nuevo que estamos ofreciendo y también los que ya hayamos introducido con anterioridad. Esto se hace así para que estemos seguros de que no le da una reacción alérgica al peque.
- Los alimentos con riesgo de atragantamiento se deben ofrecer en presentaciones que no presenten riesgo de que el niño pueda atragantarse. Ej: los frutos secos se darán en cremas o harinas, no en trozos ni enteros.
En cuanto a los alimentos, por poder, realmente se puede empezar con cualquier alimento como ya hemos comentado. Pero hay ciertos consejos que son útiles de seguir. El primero es ofrecer al bebé los alimentos que solemos consumir en la familia. Esto nos hará la vida más fácil y hará que el peque se acostumbre con más facilidad a los alimentos de consumo habitual en nuestra casa. Y por otro lado el otro consejo es el de ofrecer de manera prioritaria alimentos ricos en hierro, vit C y zinc. Esto se recomienda porque son nutrientes que ayudan y favorecen el correcto desarollo del bebé.
A continuación te detallamos alimentos ricos en los diferentes nutrientes que hemos mencionado:
- Alimentos ricos en hierro: carne roja, semillas de sésamo, legumbres, espárragos verdes, cereales integrales, pistachos, almendras, cacahuetes, nueces y soja.
- Alimentos ricos en Vit.C: naranja, mandarina, trigo, maíz, arroz, limón, papaya, fresa, caqui, mango, tomate, guayaba, espárragos verdes, judías verdes, pimientos, melón, frambuesas, arándanos y mango.
- Alimentos ricos en Zinc: carne roja, huevo, cereales integrales, avena, pipas de calabaza y de girasol, piñones, anacardos, legumbres y marisco.
Como se comenta previamente, por poder se puede empezar empezar la alimentación complementaria con casi cualquier alimento, excepto con algunos pocos que debemos evitar hasta llegada una cierta edad. Son 11 grupos de alimentos que te detallamos a continuación. Todos tienen una razón de peso. Porque, de ofrecerlos antes de la edad recomendada, podrían tener efectos negativos sobre la salud de los niños. Los alimentos a evitar en la dieta del bebé serían:
- Lácteos: yogur, kéfir, mantequilla, queso (+9m) y leche de vaca (+12m).
- Azúcar libre: miel, zumo, mermelada, chocolate, lácteos azucarados, bollería... (+2a).
- Cacao puro (+2a). - Sal añadida: alimentos con sal, embutidos, charcutería, encurtidos... (+2a).
- Pescados, carnes y huevos poco hechos (+3a). - Espinacas, acelgas (+12m) y borrajas (+3a). - Tortitas y bebidas de arroz (+6a).
- Carne de animales cazados con munición de plomo (+7a).
- Pez espada, emperador, cazón, tintorera y atún rojo (+10a).
- Cabezas de gambas, langostinos y cigalas o el cuerpo de crustáceos parecidos al cangrejo (toda la infancia).
- Algas (toda la infancia)
La alimentación complementaria es una época que, en ciertos momentos, puede hacerse un poco ‘’cuesta arriba’’. Es habitual que los peques pierdan el interés por comer o tengan épocas de comer menos. Tenemos que saber que es algo completamente normal. Como padres lo que tenemos que hacer es seguir ofreciendo alimentos sin forzar y sin peleas. Pero sin dejar de insistir. Y aceptemos los ritmos y señales de hambre y saciedad de cada peque sin agobios.